domingo, 18 de enero de 2009

Toca a tu Puerta



Cantares 5: 2 
“Yo dormía, pero mi corazón velaba. 
Es la voz de mi amado que llama:
 Ábreme, hermana mía, amiga mía, 
paloma mía, perfecta mía, 
Porque mi cabeza está llena de rocío, 
Mis cabellos de las gotas de la noche. 

Me he desnudado de mi ropa; 
¿cómo me he de vestir?
He lavado mis pies; 
¿cómo los he de ensuciar? 

Mi amado metió su mano por la ventanilla,
Y mi corazón se conmovió dentro de mí. 
Yo me levanté para abrir a mi amado, 
Y mis manos gotearon mirra, 
Y mis dedos mirra, 
que corría
Sobre la manecilla del cerrojo.

Abrí yo a mi amado;
Pero mi amado se había ido, 
había ya pasado; 
Y tras su hablar salió mi alma. 
Lo busqué, y no lo hallé;
Lo llamé, y no me respondió” 

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