Cantares 5: 2
“Yo dormía, pero mi corazón velaba.
Es la voz de mi amado que llama:
Ábreme, hermana mía, amiga mía,
paloma mía, perfecta mía,
Porque mi cabeza está llena de rocío,
Mis cabellos de las gotas de la noche.
Me he desnudado de mi ropa;
¿cómo me he de vestir?
He lavado mis pies;
¿cómo los he de ensuciar?
Mi amado metió su mano por la ventanilla,
Y mi corazón se conmovió dentro de mí.
Yo me levanté para abrir a mi amado,
Y mis manos gotearon mirra,
Y mis dedos mirra,
que corría
Sobre la manecilla del cerrojo.
Abrí yo a mi amado;
Pero mi amado se había ido,
había ya pasado;
Y tras su hablar salió mi alma.
Lo busqué, y no lo hallé;
Lo llamé, y no me respondió”
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